Lesiones
¡Hay que admitirlo! Durante la infancia de tu pequeño, siempre está latente el riesgo de caídas o lesiones por más cuidadoso que seas. Por eso, aunque tomes todas las medidas preventivas posibles, los accidentes suceden y ¡no es tu culpa!
Un piso resbaloso o un simple juego que implique correr, puede terminar en un incidente de esta naturaleza. La verdad es que solo basta un instante para que un accidente suceda, y es muy difícil para ti tener a tu niño entre ojos durante todo el día, especialmente si ya está empezando a caminar o está un poco más grandecito.
En el mejor de los casos, él podría caer sobre algo suave y no tener ningún daño. Sin embargo, lo ideal es que te prepares para otros escenarios un poco más complicados, incluso para aquellos que impliquen acudir a la sala de emergencias. En estos casos la información es fundamental, sobre todo cuando se trata de bebés o niños. En esta guía encontrarás información para aprender cómo actuar correctamente y minimizar las posibles consecuencias, identificar esas señales de alerta después del accidente y saber cómo actuar cuando sucede para eso en esta guía encontrarás información donde aprenderás todo para actuar correctamente y minimizar las posibles consecuencias.
Independientemente de lo grave o leve que parezca la caída, siempre debes llamar al médico después de cualquier incidente que sufra tu niño, especialmente si tiene menos de un año.
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Que esté inconsolable o grite sin parar.
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Que le salga líquido sanguinolento o amarillo de su nariz, u orejas.
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Que tenga una protuberancia en la parte blanda de su cabecita, y esté continuamente frotándosela.
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Pérdida del equilibrio e incapacidad para coordinar sus movimientos.
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Que esté excesivamente somnoliento.
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Que se muestre sensible a la luz y otros estímulos.
Si tu hijo sufre alguno de esos síntomas debes llevarlo al hospital y contarle al médico todo lo que has podido observar, para que así él tenga un mejor contexto y pueda saber qué es lo mejor para tu niño.
Por el contrario, si tu bebé se calma después de unos minutos, está jugando y se comporta como de costumbre, probablemente esté todo bajo control. Aun así, es importante verificar si hay golpes o moretones y que pueda mover sus brazos y piernas de manera normal.
De ser esa su situación, vale la pena mantenerlo en observación por las próximas 24 horas, estando en casa. También es importante no dejarlo dormir inmediatamente después del accidente, sino cuando tengas la certeza de que todo está bien y hayas podido comunicarte con el médico.
La causa más común de las caídas en los pequeños suele ser un destello de falta de atención o fatiga de los padres. Muy a menudo, los bebés se caen de las camas, sofás o cambiadores, o se caen de un padre cansado. La mejor solución en estos casos es permanecer atento, usar cinturones de seguridad en los cambiadores, y en lo posible, no quedarse dormido con un niño en el pecho.
Lo importante es que si tu hijo sufre un accidente utilices ese momento como una oportunidad para aumentar tus esfuerzos de prevención de lesiones infantiles. Utiliza las experiencias, así sean negativas, ¡para aprender algo valioso!
Recuerda que como padre es importante que aprendas a balancear tu vida. Sabemos que un bebé, especialmente un recién nacido, requiere de atención constante, pero debes buscar momentos para tu descanso. Apóyate en tu pareja, en tus padres, a tus familiares o amigos más cercanos para que realicen actividades con tu pequeño, cuando necesitas un respiro.
Si tu hijo sufrió una caída y hay algo que te haga sospechar que el daño ha sido mayor, es importante que atiendas a los signos y síntomas de huesos rotos en niños. A veces puede ser difícil saber si el pequeño tiene una fractura, particularmente si no escuchaste un chasquido o si no hay una curva obvia en la extremidad afectada por la caída. Sin embargo, hay algunas señales bastante confiables a tener en cuenta:
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Hinchazón y hematomas.
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Molestia al tacto, incluso cuando es muy suave.
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Dolor intenso, particularmente en un punto específico.
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Incapacidad para mover la extremidad.
Es importante tener en cuenta que en ocasiones los síntomas no se exteriorizan y aún así, tu hijo puede presentar fractura en alguna parte de su cuerpo e incluso lograr mover el área con normalidad, lo que implica para ti un desafío importante al momento de identificar si existe daño, o no.
No siempre todas las caídas o accidentes leves terminan en fracturas, también hay otro tipo de lesiones que pueden provocar dolor e inflamación. Es bueno que aprendas a diferenciarlas para así saber qué tan graves puede ser y si tienes que recurrir con urgencia al médico:
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